miércoles, 26 de marzo de 2014

Recibidor nuevo reciclado

Seguimos con el cambio de aspecto de mi recibidor, que se ha convertido el lugar favorito de mis gatas.







Durante el proceso me topé en la calle con una rama preciosa que me recordaba a la de un almendro y me la llevé para la esquina. la colgamos con una alcayata un hilo. Y por ciertas zonas le puse masilla de la que venden en las librerías. Pega muchísimo y sirve para poner mil cosas en la pared. Así pegué también las mariposas.





Pinté de rosa con estos dos esmaltes de uñas las partes abultadas a modo de capullos de flor. ¿ Y qué os parece este truco para hacer las flores abiertas de un almendro?





Palomitas. Queda precioso. Las pegué con la masilla multiusos y les eché laca a modo de barniz. 




La parte del asiento de las sillas las tapicé con la misma tela que la gomaespuma que haría de cojín. Un trozo de una sábana celeste vieja pero no muy deteriorada.
Hice una plantilla y pinté una frase con pintura de tela.









Ya estaba todo preparado para montarlo. Por cierto hay un pegamento que nunca había probado para madera y lo recomiendo fija muy fuerte y se seca rápido.


También cambié los tiradores por unos símpáticos ratones un poco infantiles pero muy de acuerdo con los tonos y con nuestra personalidad. Jeje.



ANTES 





DESPUÉS









RECIBIDOR NUEVO RECICLADO

La entrada de mi piso era un tanto oscura y le faltaba personalidad. Me gustó la idea que muchas culturas llevan a cabo de quitarse los zapatos nada más llegar a casa. Aunque he de reconocer que me cuesta acostumbrarme. Y por otro lado vi lo fácil que era adornar la pared con mariposas de cartulina.

Pensé que me sobraba uno de los escritorios de un cuarto, y al no querer tirarlo se me ocurrió cortarle las patas para hacer un banco. Tengo una sierra eléctrica muy mala, con lo cual me hizo falta la ayuda de mi asistente David. Os voy poniendo fotos para que veáis como lo fuimos haciendo. Las soluciones se me ocurrían mientras trabajábamos.

                                                                             

Hacía falta un refuerzo en el centro para que al sentarnos tuviera consistencia. Con un trozo de la parte que se había cortado se hizo más larga la pata central. Así ya aguanta peso.  Nunca debemos olvidar ponerle unos topes para no rayar el suelo. Si son muy grandes los cortáis.









Una vez que el escritorio se quedó chiquitito y dispuesto a aguantar peso, me acordé de unas sillas que quería tirar. Y pensé que eran preciosas para hacer los reposabrazos del banco. Corté las patas de las sillas y....








Una lija de madera, pintura blanca al agua, servilletas de papel, cola blanca y a transformar.








Retoqué un poco un mueble que ya tenía pintando de blanco algunos detalles.



Y También un cuadro con una lámina de Sorolla. Unos cuantos brochazos desordenados al marco y un  aire mucho más elegante.



Otra de las manualidades que añadí fueron las fáciles mariposas de cartulina.





Y hasta aquí puedo leer. Como veis los colores elegidos han sido el blanco y el celeste. Hace tiempo mi hermana pintó un cuadro en estos tonos y quería ponerlo en la entrada. En eso me he inspirado y además es perfecto para dar luz. Seguiremos con la entrada para ver el resultado en breve. Un beso a todos.